INGREDIENTES :
Boniato (para el relleno)
400 g, Azúcar (para el relleno)
150 g, Aceite de girasol 75 g,
Anís dulce (licor) 50 ml,
Vino dulce blanco 25 g,
Azúcar 35 g,
Harina de trigo 240 g,
1 Huevo
ELABORACIÓN :
Comenzamos preparando el relleno, que no es más que un puré de boniato azucarado. Para ello pelamos el boniato, lo troceamos en piezas del mismo tamaño y lo hervimos en un cacito con abundante agua hasta que esté tierno.
Escurrimos, agregamos el azúcar, machacamos con un tenedor al tiempo que mezclamos y dejamos enfriar antes de usar para el relleno. Pasamos ahora a la preparación de la masa. En un recipiente hondo vertemos el aceite, el anís, el vino blanco dulce y el azúcar y batimos con unas varillas metálicas hasta integrar.
Añadimos la harina y mezclamos, inicialmente, con una cuchara. La masa se volverá espesa, así que necesitaremos pasarla a una superficie limpia y amasar hasta integrar bien todos los ingredientes. Estiramos la masa con un rodillo entre dos láminas de papel sulfurizado.
Cortamos círculos con un cortapastas de 10 cm de diámetro y colocamos una cucharadita del puré de boniato en el interior de cada uno de ellos. Doblamos dos lados opuestos hacia arriba, juntamos y sellamos presionando con los dedos al tiempo que le damos forma de zigzag.
Colocamos los pasteles de boniato y anís sobre una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. Batimos el huevo y pincelamos con él los pasteles. Por último espolvoreamos con azúcar todos los pasteles y cocemos en horno pre-calentado a 180 ºC durante, aproximadamente, 15 minutos o hasta que comiencen a adquirir un tono dorado.
Retiramos del horno y dejamos refrescar antes de servir.