Ante un posible escenario de pandemia incontrolada, lo más importante es observar las medidas de higiene que no dejan de repetir las autoridades alimentarias y que son especialmente importantes al manipular alimentos que, al fin y al cabo, nos vamos a llevar a la boca. No solo es necesario Prevenir el contagio, sino también evitar cualquier intoxicación que puede agravar el estado de las personas infectadas.
“Tendríamos que seguir las buenas prácticas higiénicas habituales, pero poniendo más cuidado especialmente si la cuarentena la vamos a pasar con más personas en casa, de manera que si solo una ha sido objeto de posible contagio, no se lo transmita a los otros a través de la comida”, explica Robles. “Si puede evitarse que la persona que haya podido ser contagiada sea la que manipula los alimentos, mejor”.
Estas son las ocho normas que todos deberíamos cumplir estos días a rajatabla en la cocina:
Lavado exhaustivo de manos (no sobra decirlo), lo que implica lavárselas también en cada cambio de actividad: si estamos cortando un alimento y pasamos a otro, por ejemplo.
Olvidarnos estos días de los trapos de cocina: usar papel de un solo uso para el secado de manos y, si secamos los platos a mano, también con papel de un solo uso.
Es más seguro lavar en lavavajillas que hacerlo a mano.
Tomar conciencia de nuestros movimientos: si nos tocamos la cara, lavado de manos antes de tocar la comida.
No compartir cubiertos, vajilla ni cristalería.
Cuidado con la contaminación cruzada: no usar cuchillos sucios para cortar otros alimentos, cuidado con algunas costumbres “guarrillas” como chupar una cuchara y meterla en el tarro de mermelada…
Cocinar los alimentos hasta que alcancen unos 70ºC. Recalentar las sobras hasta 75ºC.
Respetar la cadena de frío.
Otra cosa. En caso de que no podamos salir de casa en más de 15 días, lo ideal es contar con una despensa bien nutrida de conservas y productos no perecederos.
¿ Que debemos comer ?
“Las conservas van a ser nuestra ‘salvación’, pero no pensemos exclusivamente en latas de atún”, explica Robles. “Podemos comprar todo tipo de conservas vegetales, legumbres, pescado… Incluso hay conservas que incluyen varios ingredientes (garbanzos con espinacas) y que nos pueden servir como plato único”.
Según una experta en la materia , los grupos de alimentos indispensables en una lista de compra que se realiza con vistas a largo plazo debería incluir, a nivel general:
Cereales: harina, arroz, pasta, pan precocinado congelado o elaborado casero, cereales de desayuno enriquecidos en hierro y copos de avena, ambos sin azúcar añadido.
Legumbres: garbanzos, lentejas, judías pintas y judías blancas, todos ellos frescos o en conserva, guisantes congelados o en conserva, quinoa fresca, edamames congelados.
Verduras y hortalizas: en conservas o congelados como, por ejemplo, espinacas, acelgas, judías verdes, zanahorias, cardo, calabaza, menestra de verduras, patatas y tomate entero o triturado al natural; cebolla y cabezas de ajo crudos; purés de verduras envasados bajos en sal.
Frutas y frutos secos: conservas al natural de piña y melocotón, fruta deshidratada o confitada, mermeladas, papillas de fruta y zumos sin azúcar añadido esterilizados; frutos secos naturales o ligeramente tostados, como nueces, almendras, avellanas o pistachos.
Carnes y productos curados o en salazón: pata de jamón serrano o loncheado y envasado al vacío, cecina y lomo embuchado; ternera, pollo y cerdo para congelar en casa fileteados o troceados.
Pescados y mariscos: salazones de bacalao y atún, conservas de pescado al natural o en aceite de oliva (sardinas, atún o ventresca), conservas de marisco al natural (almejas, mejillones o berberechos); alimentos perecederos como merluza, dorada o salmón para congelar en casa y aumentar su vida útil.
Lácteos: leche en polvo, leche UHT, yogures esterilizados y quesos curados.
Grasas, aceites y vinagres: aceite de oliva virgen extra, vinagres.
Cafés, tés y especias: café, tés, infusiones, sal, azúcar moreno, especias, hierbas, condimentos, levadura.
Dulces: chocolate negro, cacao puro sin azúcar añadido en polvo.
